La pandemia y ahora las medidas coercitivas unilaterales que los EE.UU., la Unión Europea y países aliados tomadas contra Rusia han expuesto el talón de Aquiles del modelo de desarrollo de la producción adoptado en la década de los 80’ s y 90’s, se trata de: “La Interrupción de la Cadena de Suministros”. Un evento que también afecta las cadenas de producción de empresas como la automotriz, la de equipos electrónicos y para el hogar, equipos médicos, entre muchos más. En varios de estos casos, los protagonistas fueron los chips o circuitos integrados, tratado en el artículo anterior. Pero no solo se trata de la revolución industrial 4.0. En el caso de las prohibiciones impuestas a las exportaciones rusas de gas, petróleo, trigo, fertilizantes y varias materias primas fundamentales, fuentes energías que mueven al mundo, han quedado en evidencia la vulnerabilidad de toda la industria de bienes y servicios de estas economías avanzadas, desatando crisis en sus economías, encareciendo sus bienes y servicios e incluso haciendo inviables o insostenibles empresas esenciales. Las interrupciones de la cadena de suministros de este tipo impactan a su vez a múltiples cadenas de producción de bienes y servicios, no sólo las mundializadas sino también las nacionales.
Hubo una transformación del modelo de la producción, y no nos percatamos de la trascendencia del cambio que se experimentaba, entre finales de los 80’s y todos los 90’s, del siglo XX. Un nuevo nivel de interdependencia e interacción a nivel de la producción entre empresas, dentro de los países y entre distintos países, un intercambio de valores mayor a los precedentes, algunos ocultos y sutiles, y otros visibles y cuantificables, en un contexto de libre flujo de capitales. En esta nueva etapa, al capital monetario, financiero y de activos tangibles necesarios para la producción, se le suman activos intangibles igualmente fundamentales para ésta, tales como: el capital social, el capital cognitivo, el capital intelectual.
La producción se expande más allá de las fronteras nacionales bajo nuevas formas de relacionamiento, distintas a las habituales de los encadenamientos de producción de las empresas tradicionales, como por ejemplo, las empresas automotrices y las empresas de grandes tiendas de minoristas por departamentos.
Una nueva división social del trabajo, nacional e internacional, basadas en innovadoras formas de organización de la producción se han establecido en las últimas décadas, llevando implícito, lo que poco se expone, nuevas relaciones de poder.
Por ello en esta oportunidad la reflexión es sobre las cadenas que atrapan o liberan.
Las preguntas de rigor, para facilitar la exposición
¿Mire todos los productos a su alrededor, revise de dónde provienen? ¿Qué encontró?, en su mayoría provienen de China, Taiwán, Corea del Sur, Singapur, México, El Salvador, África. ¿En cuáles casos, consiguió “hecho en su país y cuáles productos?. ¿Se trata de un subsidiaria de una empresa transnacional establecida por años en el país?.
¿Cuántas veces ha escuchado de la necesidad de producción nacional, de compre lo hecho en el país?. ¿Cuántas políticas de producción nacional se han ofrecido e iniciado en su país?. ¿Cuántas políticas de incentivos fiscales para atraer inversiones extranjeras directas productivas se han realizado? ¿Cuáles han sido los resultados?.
Cuando se habla de las relaciones de dependencia del país y de la situación de la industria nacional poco productiva y poco competitiva. Al igual que un inadecuado tamaño de mercado nacional para el desarrollo económico ¿En qué piensa Ud.?, ¿Se trata de un problema de voluntad política, un problema de capacidad, se trata de factores exógenos o es un problema de dimensión estructural que establece límites y roles a desempeñar impuestos a cada país de economías en desarrollo en un orden mundial?, en cuyo caso, se pregunta: ¿Cuáles países son los que realizan esta imposición y cómo?.
¿En el mundo hoy, un país puede elegir libremente el tipo de economía que desee?, ¿Que limita esta libertad: los recursos naturales, el tamaño de la economía nacional y la porción de participación en la economía mundial, el poder militar, la ubicación geográfica, la cantidad de reservas internacionales que posee, su nivel de avance en ciencia y tecnología, etcétera?.
Dos hechos relevantes marcan estos cambios en el orden mundial
Separación del encadenamiento productivo y expansión e internacionalización de empresas transnacionales.
Primero, hay que mencionar la desagregación del encadenamiento productivo, como un paso evolutivo en la búsqueda de una mayor productividad, rentabilidad y competitividad. La máxima es: dedicarse a los procesos que aportan al core business o núcleo del negocio y dejar a terceros los procesos que son de apoyo o complementarios. Cuando estos terceros están en el extranjero, se le dice operaciones offshore o deslocalizadas.
Se ha dado una vuelta de tuerca en la anhelada flexibilización del trabajo que pudiera llevar a una precarización de éste. Decimos así, para no condenar a priori esta forma de organización del trabajo, considerando que lo que hasta ahora ha sucedido no significa necesariamente que esta tercerización, que es como se le llama a esta transformación, signifique per se precarización del trabajo.
Esta forma de optimización fue una condición muchas veces exigida por los inversionistas participantes en los procesos de privatización, liberalización e internacionalización de empresas locales. Sucedió con empresas públicas y privadas.
Empresas tradicionales, privadas, de productos de consumo masivo, antes o inmediatamente después de ser vendidas a las grandes transnacionales como Unilever o Nestlé, por ejemplo, fueron transformadas bajo este esquema. Se promovió y popularizó la tercerización de los procesos de transporte, de logística, de almacenamiento y distribución en muchas empresas.
Conocemos de testimonios de choferes a los que se les concedieron programas especiales de retiro, enmascarados bajo la figura de “cajitas felices”, donde se les incluía en un programa de reconversión, con lemas como: “sé tu propio jefe”. Se les financiaba en su paquete de liquidación la compra de las unidades de transporte. Se desarrollaron y desplegaron creativas campañas de marketing donde se enfatiza la parte bonita del negocio, la libertad, entre otras, ocultando las inversiones necesarias y regulares, así como la formación permanente, los riesgos y los costos que se asumen bajo esta nueva figura laboral. Otro tanto sucedió con las empresas de servicio público en manos de los Estados en sus procesos de privatización, se realizaron ajustes orientados a esta flexibilización y optimización, para hacerlas atractivas a los inversionistas nacionales e internacionales que participan a los procesos de apertura.
Veamos, que muestran los hechos, pero ahora desde la perspectiva de la empresa transnacional en su proceso de expansión e internacionalización, cómo le favorecieron las políticas económicas locales adoptadas.
Veamos dos estrategias empleadas por estas empresas: La primera estrategia, que llamaremos siembra o injerto, consiste en la creación o compra de una empresa local afín para la reconversión en subsidiaria de la casa matriz, con las marcas, productos y servicios estandarizados por ésta. La segunda estrategia consistió en la adquisición de las empresas locales consolidadas bien posicionadas en sus mercados nacionales, conservando la marca y los productos (capital intelectual, capital social) pero cambiando en la dirección y operativamente en base a estándares de la casa matriz.
La primera estrategia la emplearon las empresas transnacionales de consumo masivo de Alimentos y bebidas así como de productos de cuidado personal y del hogar. Al igual que empresas del ramo automotriz, entre otras, en la década de los 50’s y 60’s, del siglo pasado, aprovechando las políticas de Industrialización por sustitución de Importaciones (ISI) implementadas en los países de la región. Esta fue su primera ola de expansión e internacionalización. A finales de la década de los 80’s y durante los 90′ s, también se empleó esta estrategia para participar en la privatización de las empresas de servicios públicos, electricidad y telecomunicaciones principalmente, en manos de los Estados.
La segunda estrategia la emplearon empresas transnacionales de Alimentos, bebidas y productos de consumo masivo en su segunda ola de expansión, 80’s y 90’s, del siglo pasado.
Con ambas estrategias se logró el control de la cadena de valor o encadenamiento de la producción por parte de las empresas transnacionales en su proceso de expansión e internacionalización. Ambas se vieron favorecidas por las políticas económicas adoptadas por los Estados de los países con economías en desarrollo, primero la Política de Industrialización por sustitución de importaciones (ISI) y luego, por la política de apertura, liberalización y desregulación, conocidas como política neoliberal.
¿Cuántos advierten aquí dos fenómenos socio-económicos: una nueva división social del trabajo y una nueva división internacional del trabajo?
Según datos, los ingresos mundiales del 2021, en US$ millardos, de las empresas de cuidado personal y del hogar de las 10 empresas transnacionales en el tope de la lista fueron: Procter & Gamble con 79,62, Unilever con 62, L’Oreal Group con 38,16, Rajesh Exports con 30, Henkel con 23,72, Kimberly-Clark con 19,79, Reckitt Benckiser Group con 18,2, Esteé Lauder Cos con 17,77, Colgate-Palmolive con 17,42 y Stanley Black & Decker con 16,83. (21 jun 2022, statista 2021).
En la campaña “tras la marca” desarrollada por la organización internacional Oxfam, se estudian a las 10 empresas transnacionales de alimentos y bebidas más poderosas del mundo, a saber: Associated British Foods (ABF), Coca-Cola, Danone, General Mills, Kellogg, Mars, Mondelez International (antes conocida como Kraft Foods), Nestlé, PepsiCo y Unilever.(Tras la marca, Febrero 2013, Oxfam).
Para tener una idea de la magnitud del peso en la economía mundial que tienen estas 10 grandes, agrega el informe de la Oxfam: “…generan en conjunto unos ingresos de más de 1.100 millones de dólares al día16 y dan trabajo a millones de personas, de manera directa e indirecta, en el cultivo, procesamiento, distribución y venta de sus productos.17En la actualidad, estas empresas forman parte de una industria valorada en 7 billones de dólares,18 mayor incluso que el sector de la energía,19 y que representa aproximadamente un diez por ciento de la economía mundial.20” (íb.).
Otros hechos dan cuenta de la posición de dominio que ostentan estas empresas, veamos:
En América Latina, de las 10 marcas de helados del tope de ventas de la lista, ocho son de empresas transnacionales y dos son de empresas de la región. Estas son, de mayor a menor: Kibon, Magnum, Cornetto y tío Rico de Unilever Group. Le sigue en el quinto lugar la marca Effe de la Empresa Polar C.A … Luego, Nestlé de Nestlé S.A., Crem Helado del Grupo Nutresa S.A., Savory y D’Onofrio de Nestlé S.A., y finalmente Häagen-Dazs de General Mills Inc. (Mayo 2016, dairyreporter).
Para tener una idea, se listan 59 marcas de Unilever nada más que en América del Sur: ABC, Ala, Axe, baby Dove, Bioexpert, Brilhante, Cica, Cif, Cleanipedia, Clear, Closeup, Comfort, Cronetto, Deja, Dove, Dove Men + care, Drive, Ego, Fanacoa, Folicuré, Fortident, Granby, Hellman’s, Impulse, Knorr, Le Sancy, Lifebuoy, Lipton, Livopen, Liz, Love Beauty and planet, Lux, Magnum, Maizena, malloa, Nevex, Omo, Ola, Pepsodent, Pond’s, Quix, Radiante, Rexona, Ri-k, Rinso, Savital, Savora, Sedal, Skip, St. Ives, Suave, Surf, Tresemmé, Tío Rico, VO5, Vasenol, Vel Rosita, Vim, Vivere. (Unilever South Latam). Desde detergentes y jabones pasando por helados, desodorantes, pastas de dientes, champús, bebidas con sabor a té y sopas instantáneas.
Lista de 20 marcas nacionales de chocolates de Nestlé: Milkybar, Nesquik, Kit Kat, Garoto (empresa), Triángulo, Sublime, Savoy, Crunch, Sahne Nuss, Butterfinger, Galak, Baby ruth, Trencito, Princesa, Super 8, Turtles (UK y Canadá), Carlos V (chocolate), Sorrento, Prestigio, Chokita (Chile), Capri (Chile). La marca Savoy, pertenece a la empresa venezolana fundada en 1941, con tradición y sabor venezolano, adquirida por Nestlé en 1988. (Nestlé wikipedia)
El porcentaje en ventas de la Nestlé por área geográfica es: 43% América, 28% de Europa, 29% Asia, Oceanía y África.(2015, Nestlé Wikipedia).
Ni alimentos, ni chucherías, ni productos para el cuidado personal y del hogar se salvaron de esta expansión e internacionalización, que también implica una dolarización de sus precios, de la economía, directamente o por arrastre. Una evidencia concreta de la forma de inducción de los precios desde afuera, exógenamente como se ha inferido en las reflexiones de escritos anteriores.
Cuando se piensa y se habla de imperialismo se relaciona éste con acciones de los Estados y gobiernos, pocos se le relaciona con las empresas transnacionales. Lenín resignificó y le cambió el sentido a este término, primero se refirió a él como la fase superior del capitalismo y al mismo tiempo cambió el sujeto con el papel protagónico, se desplaza del Estado a las empresas transnacionales de bienes y servicios, así como las financieras.
La fase de expansión e internacionalización de estas empresas, realizadas por oleadas sucesivas: a mediados de la década de los 50’s, 60’s y las décadas de los 80’s y 90’s, del siglo pasado, son una señal de cambio trascendental en las economías nacionales. Con estrategias variadas se fueron haciendo significativas y dominantes en mercados de consumo masivo de alimentos y bebidas, productos de limpieza para el hogar e higiene personal, entre otros. La contraparte del proceso de internacionalización de estas corporaciones resultó ser la internacionalización de la producción de estos rubros en nuestros países, aún cuando su producción siguió siendo nacional, las decisiones estratégicas y operativas, la cultura organizacional, los procesos, las prácticas, al igual que los intereses se desplazaron de lo local hacia lo internacional. Si bien aumentó la inversión extranjera directa, éste dinero vino marcado, se convirtió en un flujo permanente, estructural, de entrada y de salida de divisas, la pregunta es: favorable para quién, el país o la multinacional.
Otro efecto fue la homogeneización internacional de la valoración social del bien o servicio, aún cuando los costos de producción varían entre países (mano de obra barata, tarifas de servicios públicos bajos, incentivos fiscales). Así el precio del jabón, de los detergentes, de la chuchería, de la leche, la margarina, la máquina de afeitar, las pilas, etc., sería el mismo precio internacional, expresado en dólares estadounidense o cualquier otra moneda dura internacional, fijado externamente.
Tenemos países que producen el mejor chocolate del mundo y su consumo está materialmente fuera del alcance de su población.
Tenemos países que producen carne, leche, maíz y huevos y su consumo está a precios prohibitivos para su población.
Producción para la exportación, para generar divisas para luego poder consumir lo que producimos aquí. ¿Esto no suena a contradicción?. Una cosa como loca verdad.
La Oxfam nos habla de una desigualdad estructural que tiene su causa en estas empresas. Al respecto, tres párrafos del resumen del referido informe Oxfam, son elocuentes:
“En Pakistán, las comunidades rurales afirman que Nestlé embotella y vende agua subterránea de muchísimo valor cerca de pueblos que no pueden permitirse agua potable.1En 2009, Kraft fue acusada de comprar carne de vacuno a proveedores brasileños involucrados en la tala de árboles en la selva amazónica para que pastara el ganado.2Y actualmente Coca-Cola se enfrenta a denuncias de trabajo infantil en su cadena de suministro en Filipinas.3
Por desgracia, este tipo de acusaciones no constituyen un hecho excepcional. Durante más de cien años, las empresas de alimentación y bebidas más poderosas se han servido de tierras y mano de obra baratas para elaborar productos a bajo coste y obtener enormes beneficios. Sin embargo, en la mayoría de los casos estos beneficios se han generado a expensas del medio ambiente y del bienestar de comunidades de todo el mundo, y han contribuido a la crisis del sistema alimentario.
Actualmente, la subsistencia de un tercio de la población mundial depende de la agricultura a pequeña escala.4 Y a pesar de que actualmente la agricultura produce comida más que suficiente para alimentar a todas las personas, un tercio de los alimentos se desperdicia5, más de 1.400 millones de personas tienen sobrepeso y cada noche cerca de 900 millones de personas se van a la cama con hambre.” (íb.).
¿Qué libertad es esa? ¿Qué desarrollo es ese?. Puede que haya crecimiento económico, pero dónde queda el bienestar de la población, la soberanía y la independencia del país.
El dólar de guerra no es un asunto sólo subjetivo, sino también tiene su expresión material y objetiva, concreta en la producción y el consumo masivo.
Las Venas de América Latina de Eduardo Galeano siguen abiertas, ahora con sistemas de transfusión de valores permanente que van desde los países de Nuestramérica hacia las economías avanzadas de los países centrales. ¿Será la transferencia de valor oculta mencionada por Samir Amín?.
Un velo semántico cubre con sutileza las nuevas formas de dominación. Hablar de Cadena de Suministros es distinto a mencionar Cadena Global de Valor, pues en esta última se evidencia la expansión e internacionalización de las empresas transnacionales y la cuantía de ingresos que obtienen de los países de economías avanzadas por esta vía. Mientras, en una expresión se solapan los actores, las formas de relacionamiento y de poder, en la otra quedan al descubierto.
Hay Cadenas Mundiales de Valor con sus respectivas Inversiones Extranjeras Directas que atrapan.
Para la próxima entrega, se expondrán otras formas de control de las Cadenas Mundiales de Valor, más sofisticadas, habituales en empresas intensivas en ciencia y tecnología, es decir, en conocimiento.
¡Eso es lo que hay!»
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